Mucha gente entra a las salas de chat con un objetivo claro: ligar. Yo, en cambio, solo buscaba a alguien con quien compartir mi obsesión por las películas de ciencia ficción de los 80. Y ahí estaba Ana, discutiendo apasionadamente sobre por qué Blade Runner es superior a Alien.
La primera semana: Intercambiamos mensajes sobre cine, sin ninguna intención romántica. Simplemente compartíamos listas de reproducción y nos enviábamos memes. Esto es clave: no forzamos nada. La base de nuestra relación fue una amistad genuina.
El punto de inflexión: Después de un mes chateando a diario, Ana mencionó que su cumpleaños se acercaba. Me atreví a sugerirle una videollamada para "ver una película juntos" (cada uno desde su casa, claro). Esa noche, al ver su cara y escuchar su risa, me di cuenta de que mi interés iba más allá de compartir gustos cinematográficos.
El aprendizaje: El mejor consejo que puedo darles es: Conoce a la persona, no solo al perfil. Si buscas una conexión real, la presión por el romance inicial puede arruinarlo todo. Permite que la amistad sea el cimiento. Hoy, Ana y yo estamos comprometidos, y todo empezó por una discusión sobre si Deckard era o no un replicante. ¡Gracias, sala de chats!
👉 Pregunta para ti: ¿Tienes una amistad online que sientes que podría convertirse en algo más? ¿Qué te detiene?
